El perro labrador retriever posee una estructura robusta, es fuerte y vigoroso, muy bien proporcionado y con un cráneo ancho. También es conocido como cobrador de labrador o perdiguero de labrador. Su dorso es inclinado y largo. Su cola, al igual que en otros animales relacionados con el agua, muy gruesa en la raíz. Tiene un peso entre 27 y 42 kg y su pelo es liso y corto.
Su origen se remontan a la isla de Terranova, cuyo predecesor es el perro de aguas de San Juan, una raza que surgió tras mezclas que realizaban los colonos de la isla en el siglo XVI. La proveniencia del perro de agua de San Juan no se conoce con exactitud.
Labrador retriever en la caza
En algunas zonas se emplea este animal para ayudar a recuperar piezas en la caza, tanto en lagos y aguazales como en estanques y ríos. También se emplea como perro de recuperación en la caza en mano, de ahí su otro nombre cobrador de labrador.
Aunque el cazador haya abatido una pieza mostrada por otro perro, el labrador retriever corre inmediatamente a recuperarla. Es por esta razón que su empleo para la caza es limitado, centrándose especialmente en zonas pantanosas por su buena actuación en este medio.
En cambio, es cada día mayor tendencia a emplearlo como perro de compañía. Este es hoy el común destino de muchos perros de caza que, habiendo sido un tiempo seleccionados para este menester por sus destacadas cualidades venatorias, decayeron luego de su originaria vocación debido a su aspecto muy agradable y a su dulce y afectuoso temperamento.